Friedrich von der Trenck - Autobiographie

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Des Freiherrn von der Trenck seltsame LebensgeschichteLa extraordinaria vida del barón von der Trenck
Ich wurde geboren am 16. Februar 1726 in Königsberg in Preußen. Mein Vater starb daselbst im Jahre 1740 als königlich preußischer Generalmajor der Kavallerie, Ritter des Militärordens, Landeshauptmann und Erbherr auf Groß-Scharlach, Schakulack und Meicken, die seit 300 Jahren Trencksche Stamm- und Lehngüter sind. Er nahm achtzehn Narben in das Grab, die er für das Vaterland aufzuweisen hatte, und der große Friedrich ließ ihn mit den Ehrenzeichen eines Generalleutnants begraben.

Meine Mutter war eine Tochter des Königsberger Hofgerichtspräsidenten von Derschau. Einer meiner Vettern war der königlich preußische Staatsminister und Generalpostmeister in Berlin. Zwei andere Derschau waren Generale der Infanterie.
Nací el 16 de febrero de 1726 en Königsberg, Prusia. Mi padre murió allí en 1740 como General Mayor de Caballería de la Real Prusia, Caballero de la Orden Militar, gobernador y señor hereditario de Groß-Scharlach, Schakulack y Meicken, que han sido las fincas ancestrales y feudales de Trenck durante 300 años. Se llevó a la tumba dieciocho cicatrices que ostentaba por la patria, y Federico el Grande lo hizo enterrar con los honores de un teniente general.

Mi madre era hija del presidente del Tribunal de Justicia de Königsberg, von Derschau. Uno de mis primos fue Ministro de Estado y Director General de Correos de Prusia en Berlín. Otros dos Derschaus eran generales de la infantería.
Sowohl von Vater- als Mutterseiten sind meine Ahnen in den preußischen Chroniken unter den alten deutschen Ordensrittern bekannt, welche ehemals Kurland, Preußen und Livland eroberten und unter sich in Aemter und Balleien verteilten. Eigentlich stammen die Trenck aus dem fränkischen Kreise.

Weit über die Vorurteile des adligen Pöbels erhaben, lache ich herzlich mit, wenn Menschen ohne persönliches Verdienst, ohne Adel des Herzens, sich mit ihrem hochadligen Stammbaume wie Schwammgeschöpfe aufblähen, und durch bestaubte Diplome oder laufendjährige Geschlechtsregister eine besondere Achtung zu fordern sich berechtigt glauben.

Von meinen Kinderjahren sage ich gar nichts, denn dieses Buch soll kein Kinderroman werden: nur ernsthafte Geschichten mit wirklich wunderbaren Vorfällen fordern Raum in diesen Blättern.
Tanto por parte de mi padre como de mi madre, mis antepasados son conocidos en las crónicas prusianas entre los antiguos caballeros de la Orden Teutónica, que antiguamente conquistaron Curlandia, Prusia y Livonia y se repartieron entre ellos en oficios y bailíos. En realidad, el Trenck es originario de la región de Franconia.

Muy por encima de los prejuicios de la chusma nobiliaria, me río de corazón cuando personas sin mérito personal, sin nobleza de corazón se hinchan como criaturas esponjosas con su alto pedigrí nobiliario y se creen con derecho a exigir un respeto especial mediante diplomas polvorientos o registros genealógicos de nosecuántos años atrás.

No diré nada de mis años de infancia, pues este libro no pretende ser una novela infantil: solo historias serias con incidentes verdaderamente admirables exigen espacio en estas páginas.
Mein Temperament war sanguinisch-cholerisch und erst im 54. Jahre ward das Cholerische herrschend.

Trieb nach Freuden und Leichtsinn waren folglich die angeborenen Fehler, welche meine Lehrer zu bekämpfen hatten; das Herz war biegsam, aber eine edle Wißbegierde, ein Nacheiferungsgeist, eine unruhige Arbeitsamkeit, ein bei allen Gelegenheiten angefächelter Ehrgeiz waren die Triebfedern, welche nach dem Entwurfe meines aufgeklärten Vaters einen brauchbaren Mann aus mir bilden sollten. Kaum war ich Jüngling, so keimte schon eine Art von Stolz in meiner Seele, welcher auf dem Gefühl des inneren Wertes Wurzel faßte. Ein einsichtsvoller Lehrmeister, welcher mich vom 6. bis in das 13. Jahr leitete, arbeitete aber unausgesetzt, um diesen empörenden Stolz in eine gemäßigte Eigenliebe zu verwandeln. Durch Gewohnheit, beständig mit Schulbüchern beschäftigt zu sein, durch Anfrischung, Erquickungsstunden und Lob ward mir die Arbeit ein Zeitvertreib, das Lernen eine Gewohnheit, und die strengste Erziehung eine ungefühlte Bürde.

Wenn ein Jüngling einen geduldigen und wirklich gelehrten Lehrer hat, der ihn zugleich liebt und Freude an seinem Unterricht findet, wenn dieser Jüngling vom sechsten bis in das dreizehnte Jahr täglich von fünf Uhr früh bis sieben Uhr abends zur Arbeit angehalten wird und zugleich einen leichten Begriff, einen gesunden Leib, einen forschenden Verstand und ein großes Gedächtnis mit einer regelmäßigen Organisation besitzt, wenn seine Lehrer ihn bei seiner Schwäche zu lenken und sein Feuer so anzufachen wissen, daß es keine Funken in wachsende Leidenschaften aussprühen kann, dann allein ist es möglich, daß der Schüler, so wie ich, schon im dreizehnten Jahre alle Schulstudien gründlich absolvieren und zu den höheren Wissenschaften auf Universitäten schreiten kann. Die ganze Geschichte hatte ich nicht nur buchstäblich, sondern mit aufgeklärter Anwendung im Kopfe, so im Kopfe, daß ich heute noch in meinem sechzigsten Lebensjahre, fast alle römischen Regenten und Kaiser, alle großen Männer und Gelehrten nennen und auch das Jahrhundert bestimmen kann, in dem sie lebten.
Mi temperamento era sanguíneo-colérico y no fue hasta mis 54 años que el colérico se volvió dominante.

El instinto de placer y la frivolidad fueron, pues, los defectos innatos que mis maestros tuvieron que combatir; mi corazón era flexible, pero una noble sed de conocimiento, un espíritu de emulación, una inquieta laboriosidad, una ambición avivada en cada oportunidad fueron las fuerzas motrices que, según el designio de mi ilustrado padre, debían formar de mí un hombre útil. Apenas fui joven, brotó en mi alma una especie de orgullo que arraigó en un sentimiento de valía interior. Un perspicaz profesor, que me guió desde el 6º hasta el 13º año, trabajó constantemente para transformar este escandaloso orgullo en un moderado amor propio. Gracias a la costumbre de estar constantemente ocupado con los libros de texto, a las horas de refresco y a los elogios, el trabajo se convirtió para mí en un pasatiempo, el aprendizaje en un hábito, y la educación más estricta en una carga no sentida.

Si un joven tiene un maestro paciente y verdaderamente erudito que lo ama y encuentra placer en su instrucción, si este joven del sexto al decimotercer año debe trabajar diariamente desde las cinco de la mañana hasta las siete de la tarde, y al mismo tiempo posee una mente ligera, un cuerpo sano, una mente inquisitiva y una gran memoria con una organización regular, si sus maestros saben guiarlo en su debilidad y encender su fuego de tal manera que no pueda lanzar chispas en las pasiones crecientes, entonces sólo es posible que el alumno, como yo, pueda completar completamente todos los estudios escolares ya en el decimotercer año y avanzar hacia las ciencias superiores en las universidades. Tenía en la cabeza toda la historia, no sólo literalmente, sino con una aplicación ilustrada, hasta el punto de que aún hoy, a mis sesenta años, puedo nombrar a casi todos los gobernantes y emperadores romanos, a todos los grandes hombres y eruditos, y también determinar el siglo en que vivieron.